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 Este jueves, el Papa Francisco celebró su última misa masiva en Iquique y, de este modo, se despidió de Chile, país al que llegó el pasado 15 de enero.

La liturgia realizada en Playa Lobito -marcada por la presencia de inmigrantes y los símbolos de sincretismo entre la cultura andina y el catolicismo- finalizó con un mensaje del Sumo Pontífice, quien deseó “unidad y paz” para el país.

Además, Francisco agradeció a la presidenta Michelle Bachelet por su invitación y dio las gracias a todos los que han hecho posible este viaje.

También agradeció la labor de “las autoridades civiles y, en ellos, a cada funcionario que con profesionalidad ayudaron a que todos pudiéramos disfrutar de este tiempo de encuentro“, así como también tuvo palabras para la comisión organizadora.

“Gracias también por el trabajo abnegado y silencioso de miles de voluntarios; sin su empeño y colaboración hubiesen faltado las tinajas con agua para que el Señor hiciera posible el milagro del vino de la alegría”, dijo en referencia al pasaje bíblico de la conversión del agua en vino en las bodas de Canaá.

Del mismo modo, el Papa expresó su agradecimiento a quienes de diferentes formas le acompañaron en este viaje, especialmente con sus oraciones, y aquellos que hicieron tantos sacrificios para participar en la celebraciones y encuentros.

Se espera a que a las 17:00 horas de este jueves, Francisco emprenda su viaje hacia Perú, donde continuará la segunda etapa de su visita a Latinoamérica. “Sigo mi peregrinación a Perú, pueblo amigo y hermano de esta Patria Grande que estamos invitados a cuidar“, dijo.

El pontífice argentino concluyó su mensaje con su habitual: “Y les pido que no se olviden de rezar por mí”.

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